En el marco del proyecto "La Participació Canta", varios activistas y
técnicos vecinales de distintos barrios de Barcelona realizaron sábado
17/1/2009 una vuelta en bicicleta por las zonas calientes de la Vila de
Sant Andreu, deteniendose en los sitios que protagonizan o
protagonizaron conflictos vecinales: los cuarteles de Torres i Bages,
la zona del AVE en La Sagrera, la casa-bloc, el C.S.O.A. La Gordísima y
varios otros (mirar: http://straddle3.net/participacio/tour).
A las 6 de la tarde el Tour llegó hasta las casas baratas de Bon
Pastor. En la plaza de la segunda fase (en calle Tárrega, delante del
bar Montferry) algunos vecinos y vecinas habían preparado una
chocolatada gratuita para la gente del tour y para el barrio. Se
acercaron muchas personas, sobretodo niños y niñas pero también adultos, que acompañaron a los visitantes a conocer las 600 casas
baratas que todavía quedan en pie y habitadas, después de los derribos
de la primera fase.
En la fachada de una casa deshabitada, los organizadores del tour
colgaron el "muro de las peticiones", en que se podía escribir lo que
cadauno quería para el barrio. Una chica jóven escribió que quería
seguir viviendo en su casa, "donde murió mi abuela". Los
vecinos y vecinas que organizaron la chocolatada decidieron no
politizar el evento con carteles o pancartas u octavillas, para no
crispar más el ambiente del barrio, ya suficientemente tenso.
A partir de estas vacaciones navideñas, el Patronato envió una carta a
todos los inquilinos de la segunda fase, llamandoles a firmar una
especie de "precontrato" en el cual cada núcleo familiar debe informar
al Patronato si quiere o no quiere un piso a cambio de su casa barata.
Quién firma se compromete a renunciar a la indemnización por extinción
del contrato. Quién no firma renuncia al piso. Un sistema sutíl para
evitar que en la segunda fase alguien se atreva a pedir el que toca por
ley: piso E indemnización, lo que pidieron las 5 familias de la primera
fase desalojadas a la fuerza el 19/10/2007.
Esas 5 familias por su lado viven ahora en los pisos nuevos, con
contratos de alquiler, aunque no han recibido todavía ninguna sentencia
sobre su caso. Una de las personas que fueron desalojadas el 19 de
octubre, la Paca, de 75 años, sigue aún sin piso: vive en casa de
familiares fuera de Barcelona. Hace más de un año que espera que el
juez se pronuncie.